En este Blog se aborda la problemática del deshielo en el mundo como una
consecuencia del Calentamiento Global. En este marco, el Blog se centra en los
efectos que provocaría la pérdida de masa de hielo: la reducción del agua dulce
para el consumo humano, el aumento del nivel de los mares y océanos, y la
desaparición de algunas especies de animales. A modo de ejemplo de estos efectos
se tomó el caso del desprendimiento de la Barrera Wilkins, ubicada en la
Península Antártica.
Para la realización de esta investigación se utilizaron
diversos informes de relevancia científica publicados en sitios Web, tales como
BBC mundo, Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, Instituto
Argentino de Nivología y Glaciología, Greempeace, entre otros.
Estas fuentes
de información nos posibilitan rescatar diversas opiniones, testimonios e
imágenes respecto al tema, en los últimos años.

domingo, 21 de junio de 2009


Nuestro Planeta está cubierto por un 10% de glaciares que almacenan alrededor de 33 millones de km3 de agua dulce. Los glaciares son una masa de hielo de gran espesor que se originan en la superficie de la tierra por compactación y recristalización de la nieve. La existencia de los glaciares es posible cuando la precipitación anual de nieve supera la evaporada en verano, por esto la mayoría se encuentra situada en los polos y en zonas montañosas.



Desierto helado

Se denomina desierto a toda superficie terrestre en la cual las precipitaciones no superan los 250 milímetros anuales. Por este factor, las regiones antártica y ártica son consideradas desiertos polares. Pese a ello, la percepción usual es que no se trata de un desierto ya que en tal región abunda el agua, pero en forma de hielo.
Los desiertos polares se caracterizan por tener bajo o nulo índice de lluvias durante el año, ya que poseen una temperatura constante por debajo del 0º C provocando que el agua se encuentre en estado sólido.
Los mayores de estos desiertos polares se ubican en la Antártida y en el centro de Groenlandia, y están formados por grandes masas de hielo que se originan en la superficie de la tierra por compactación y recristalización de la nieve. Estas masas de hielos son denominadas glaciares.
Los desiertos polares no son los únicos glaciares que encontramos en el planeta Tierra. Según la Asociación Internacional de Ciencias Hidrológicas de la UNESCO, podemos hallar distintas masas de hielo en la superficie terrestre, que se clasifican de acuerdo a su tamaño y a su relación con la geografía. De este modo podemos distinguir:
• Mantos de Hielo Continental: conformados por una gran masa de hielo que cubre un continente. Este es el caso de la Antártida y Groenlandia.




“El continente Antártico representa aproximadamente el 90% del hielo del planeta Tierra”.


• Campos de Hielo: son amplias extensiones de hielo. Por ejemplo el Campo de Hielo Patagónico Sur.




“El glaciar Perito Moreno es considerado el más imponentes del mundo, y ha sido considerado la octava maravilla por las espectaculares vistas que ofrece”.


• Glaciares de Valle: Presentan zonas de acumulación de hielo que confluyen hacia un valle. Ejemplo de éstos son los glaciares Güssfeldt y de Las Vacas en la zona del Aconcagua, y el glaciar Briksdal en Noruega.




“Esta imagen, capturada en julio de 2008, muestra una de las lenguas del glaciar de Briksdal, en Noruega”.



• Glaciares en Domo: Ocupan la cima de las montañas y tienen una distribución radial que es típica de algunos volcanes, como es el caso del Volcán Tupungato, Lanín y Tronador.




“El Volcán Lanín, de 3776 metros de altura, se encuentra en el Parque Nacional Lanín Foto del Adrián Blanco”.


• Glaciares de Cráter o entorno Convergente: se encuentran en una depresión en forma de cráter rodeados por montañas que impiden la evacuación superficial del hielo. Ejemplo: Volcán Copahue.
• Glaciares de Montaña: su extensión se limita sólo a ciertos sectores de montañas, como por ejemplo los existentes en la Pared Sur del Aconcagua.
• Glaciares de Escombro: Son cuerpos congelados permanentemente compuestos de material no consolidado. Ejemplo de estos glaciares podemos encontrar en los Andes Áridos argentinos.
• Glaciaretes: Son pequeñas masas de nieve o hielo de forma indefinida que perduran al menos dos años consecutivos.

Deshielo “Express”

Desde hace algunas décadas estos glaciares han presentado signos de retroceso acelerado. Los motivos de esta retracción pueden ser atribuidas a causas naturales, como el deshielo anual que se produce en cada primavera, al incremento de la temperatura global y el menor volumen de precipitaciones en las zonas polares y montañosas. También, el deshielo puede ser adjudicado a causas artificiales, como el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, la utilización de combustibles fósiles y determinadas actividades industriales. En los últimos años, los debates científicos han puesto mayor énfasis en señalar al factor antropogénico como el principal causante del deshielo, es decir, a los efectos, procesos o materiales que son el resultado de las actividades humanas.
Por deshielo se entiende a la pérdida de masa de hielo en la superficie terrestre. Primordialmente el derretimiento se da en primavera y verano como consecuencia de la elevación de la temperatura. Este fenómeno se ha incrementado en los últimos 50 años, por lo que se lo puede denominar “Deshielo Express”.
El retroceso de las capas de hielo es una de las principales consecuencias del aumento de la temperatura de la Tierra, la cual se ha incrementado aproximadamente 0.75° C desde la Segunda Revolución Industrial, cuando el carbón dejó de ser la fuente de energía más utilizada para ser reemplazada por el petróleo y sus derivados. Tiempo después entró en escena la energía atómica. Todas estas fuentes de energía son altamente contaminantes para el planeta, debido a los gases y desechos tóxicos que originan.
Las temperaturas más altas de los últimos 125 años se registran después de 1990 y el récord lo tiene, hasta el momento, el año 2005.
Este incremento de la temperatura es producto del efecto invernadero, un fenómeno por el cual determinados gases, como el dióxido de carbono, el metano y el oxido nitroso, retiene parte de la energía que la Tierra emite por haber sido calentada por la radiación solar. Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente por la Tierra vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero.
Desde hace unos años la actividad humana esta produciendo un aumento de los gases de efecto invernadero (vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxido de nitrógeno, ozono, clorofluorocarbonos), haciendo que más energía quede atrapada, elevando la temperatura promedio de la Tierra, contribuyendo al calentamiento global y al cambio climático.

"Una parte de la radiación solar es absorbida en la superficie terrestre. Luego es convertida en calor reflejando la emisión de radiación en la atmósfera. Parte de la radiación es absorbida y remitida por los gases de efecto invernadero. El efecto directo es el calentamiento de la superficie terrestre."

Efecto Deshielo

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señaló que la disminución de los glaciares del planeta, provocado por el calentamiento global, afectará a cientos de millones de personas en todo el mundo.
El organismo de la ONU indicó que los principales “Efectos del Deshielo” serán la reducción de agua dulce disponible para el consumo humano y la agricultura, además del aumento del nivel de los mares y océanos, que provocarían desequilibrios e inundaciones en las áreas costeras e insulares. También se produciría la reducción de especies de flora y fauna, la variación en la circulación termohalina (también denominada circulación oceánica), la disminución de albedo, y se alteraría el campo gravitacional de la tierra.
Si bien los cambios exactos dependerán de cuan rápido se produzca el aumento de la temperatura y cuánto hielo polar se derrita, el primer problema sería que en muchos de los lugares que son habitados y se produce comida serán inutilizables por la falta de agua dulce.
El rápido derretimiento de los glaciares provocaría una perdida de reserva de agua dulce de la que se abastece un gran porcentaje de la población mundial. Esta disminución de agua también afectaría las cosechas de arroz, trigo y maíz, por lo que podría aparecer una etapa de hambruna.
Los glaciares proveen en gran medida el agua dulce de vasta regiones del planeta. Mantener el ciclo hidrológico y las áreas de recarga de cuencas hídricas es clave para sostener las zonas de riego de estos territorios, como así también la alimentación de represas hidroeléctricas que se asientan sobre estas cuencas.
El deshielo de las regiones polares también provocaría el aumento del nivel del mar generando inundaciones en zonas costeras. Informes científicos indican que las consecuencias del deshielo son más alarmante en el sector antártico que en el resto del mundo.
Un informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, de las Naciones Unidas, pronosticó un aumento en el nivel del mar de 18 a 59 centímetros para fines de este siglo, lo que inundaría a varias islas habitadas especialmente en el Caribe, en el Océano Índico y en el Océano Pacífico. Muchas zonas costeras en Florida, en los Países Bajos, en África Occidental, en China y los deltas de los grandes ríos también se verían amenazados por el nivel del mar. Este Panel estableció que otro aumento de 10 a 20 centímetros era posible si continúa el derretimiento de los glaciares.
El mayor glaciar antártico, llamado Pine Island, se esta desplazando más rápido que en la década de los ´70. Todos los glaciares de la zona antártica están perdiendo conjuntamente más de 100 millones de toneladas por año debido a que el derretimiento es mayor a las nevadas anuales.
El aumento de los mares no solo afectaría las regiones costeras e insulares, sino también los sistemas de drenajes continentales, ya que el agua oceánica salada se internaría en los deltas de ríos, cambiando el ecosistema de cada lugar.
La rápida fusión de los hielos, además, puede provocar cambios en la circulación oceánica y elevar el nivel del mar en el nordeste americano más que en la media mundial. En ciertas regiones de Canadá y de Groenlandia la subida del mar puede ser aun mayor, es decir, puede superar los 60 centímetros, según datos arrojados por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático. En el planeta, el nivel del mar no es uniforme debido a los efectos de la circulación oceánica y el nivel de compresión de las aguas profundas, que varía según las zonas del mar. En el Atlántico esta circulación lleva aguas templadas desde el trópico hacia el Océano nórdico, donde se enfría y se hunde, transformándose en una densa capa de agua fría. Esto produce que el nivel del mar del Atlántico Norte sea 70 centímetros inferior al Pacífico Norte, que carece de esa capa profunda de agua fría.

“Las masas de aguas frías son más densas, por esto se trasladan por las profundidades oceánicas. Mientras que las aguas calidas se trasladan por la superficie. El deshielo puede alterar esta circulación elevando los niveles de los mares y océanos.”

El derretimiento de la Gran Placa de Hielo Antártica también podría alterar el campo gravitacional y la rotación de la Tierra en el espacio, lo que elevaría el nivel del mar en algunas zonas más rápido que en otras. El aumento sería mayor en las costas occidentales y orientales de Norteamérica, causando inundaciones en ciudades como Nueva York, San Francisco y Washington.
Si desaparece la capa de hielo que cubre la Antártida se produciría un fortalecimiento del tirón de la gravedad en el hemisferio norte, lo que afectaría el giro de la Tierra y provocaría que los niveles del mar se elevaran un 25 por ciento más que en el sur.
Por otro lado, el derretimiento de los glaciares provocaría la disminución del albedo. De la radiación que llega al planeta, principalmente en forma de luz visible, una parte es reflejada inmediatamente al espacio. Esta fracción de energía que es devuelta se denomina albedo. El hielo y la nieve, por ser de color claro poseen un absorción débil, reflejando entre el 80 y 90 por ciento de la energía solar entrante, mientras que las superficies oscuras como los bosques u océanos, son fuertemente absorbentes, reflejando solamente un 10 o 20 por ciento de la energía solar.
Cuando el calentamiento de la Tierra hace que se derritan los glaciares, menos cantidad de energía solar es reflejada de vuelta al espacio, generando un mayor calentamiento en la superficie terrestre. Esto se conoce como retroalimentación hielo-albedo.
El hielo marino es esencial para la cría, alimentación y cambio del plumaje en los pingüinos emperadores. Si el hielo se reduce esta especie disminuiría notablemente, ya que tiene dificultades para adaptarse a los rápidos cambios que se producen en el territorio antártico La población de pingüinos emperadores se alimenta principalmente a base de krill (un crustáceo pequeño), peces y camarones. El krill a su vez se alimenta del fitoplancton o de pequeñas micro algas que viven en el mar, las que se reducirían por la falta hielo marino. La menor concentración de krill reduce el número de peces, el soporte dietario de los pingüinos y otras especies. A raíz de la disminución de alimento y la dificultad para la adaptación rápida a los cambios de hábitat, es previsible que se produzca una disminución de este tipo de población durante el siglo XXI.

Antártida, un mapa que se reduce

La barrera Wilkins es una plataforma de hielo, es decir, es una gruesa capa flotante que se extiende desde la costa y se desplaza sobre la superficie del océano. Esta plataforma se sitúa sobre las islas Latady y Charcot, en el suroeste de la Península Antártica, y ocupa aproximadamente 13.000 Kilómetros cuadrados, un área similar a la ocupada por Jamaica.


“La Plataforma de hielo Wilkins se encuentra en la Península Antártica en las coordenadas geográficas 70° 15′ 0″ Latitud Sur, 73° 0′ 0″ Longitud Oeste”.

El calentamiento global tiene como consecuencia una aceleración del ritmo al que se funden las placas de hielo, provocando la desaparición de algunas de ellas. La plataforma Wilkins es una de las afectadas por este aumento de la temperatura.
En los últimos cincuenta años, la Península Antártica ha experimentado un aumento de medio grado de temperatura por década, lo que la ha convertido en uno de los lugares de la Tierra con el calentamiento más acelerado , según datos del National Snow and Ice Data Center.
La fragmentación de la Plataforma Wilkins, comenzó a producirse a partir de 1998, pero desde 2008 se aceleró notablemente. En abril de 2009 su desprendimiento de la Península Antártica Argentina se hizo inevitable, para terminar flotando en el océano hasta derretirse por completo.
Muchos factores contribuyeron al colapso de la porción norte de la Plataforma Wilkins, incluyendo la presencia de salmuera en el hielo, el estrés físico de la barrera y el aumento de las temperaturas.
El puente de hielo que se desintegró el 5 de abril de 2009 era el último eslabón de una serie de desprendimientos iniciados en 2008.
La barrera Wilkins es la décima plataforma que ha colapsado en los últimos tiempos, lo que refleja el impacto que está teniendo el aumento de las temperaturas sobre la criósfera de la Tierra.
En condiciones normales, los desprendimientos de masa de hielo producen icebergs que flotan en el mar durante meses e incluso años. Sin embargo, las temperaturas inusualmente altas en las aguas antárticas provocaron la fragmentación del hielo en miles de pequeños bloques, que se derriten a gran velocidad.



En la imagen superior se puede observar una superficie lisa y uniforme de la barrera Wilkins, sin señales de resquebrajamientos. En la fotografía inferior se puede distinguir, especialmente en la parte superior, la desintegración del puente de hielo en cientos de pedazos flotantes.

Glaciares: ¿Quién los protege?

El Senado de la Nación Argentina aprobó el 22 de octubre de 2009 la Ley 26418, de Protección de Glaciares. La Ley tenía como objeto establecer los presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y el ambiente periglaciar (zonas de alrededores de los glaciares), con motivo de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos y proveedores de agua de recarga de cuencas hidrográficas.
Esta Ley prohibía el esparcimiento de residuos químicos sobre los glaciares, la dispersión de basura por turismo masivo no ambientalista, su destrucción para el emplazamiento de obras civiles (hoteles), la construcción de caminos sobre los cuerpos de hielo, la explotación minera y petrolera sobre los glaciares o en áreas muy próximas que puedan afectar la calidad de agua que de ellos emergen.
La Ley también establecía la realización de un Inventario Nacional de Glaciares a cargo del Instituto Argentino de Nivología y Glaciología dependiente del Conicet. El inventario, además de identificar los cuerpos de hielo, se ocuparía de su seguimiento para cuantificar los cambios ocurridos en las masas de hielo por un período de tiempo no mayor a los 5 años.
El Poder Ejecutivo de la Nación Argentina vetó esta Ley de Protección de los Glaciares por medio del decreto 1837/08 publicado el 10 de noviembre de 2008 en el boletín oficial.
Entre los argumentos para dejar sin efecto la Ley, el Poder Ejecutivo afirmó que “ya existe legislación, como la Ley General del Ambiente 25.675, y que el gobierno a tomado medidas con respecto a la cuestión ambiental”. También manifestó que la ley vetada “podría afectar el desarrollo económico de los provincias afectadas, por la imposibilidad de desarrollar cualquier tipo de actividad u obra en zonas cordilleranas”.